XIV
Alguna vez la encuentro por el mundo
y pasa junto a mí
y pasa sonriéndose y yo digo
¿Cómo puede reír?
Luego asoma a mi labio otra sonrisa
máscara del dolor,
y entonces pienso: -Acaso ella se ríe,
como me río yo.
Gustavo Adolfo Bécquer
Lleva a un camino con baldosas amarillas y al final no conseguirás ni un corazón, ni un cerebro, ni valor, aunque puede que te ayude a regresar a casa.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home